Carmen y el formulario imposible

Carmen tiene 65 años y acaba de jubilarse tras más de cuatro décadas como dependienta en una tienda de ropa infantil. A lo largo de los años, ha vestido a varias generaciones del barrio con su atención amable y su memoria prodigiosa para las tallas. Ahora, con más tiempo libre, ha empezado a buscar nuevas actividades que le ayuden a mantenerse activa.
Fue en una visita al centro cívico donde escuchó hablar de un curso online para personas mayores: “Internet para la vida diaria”. Le encantó la idea. Pensó que aprender a hacer gestiones desde el móvil o pedir cita médica por la web le vendría bien. Así que fue a casa, encendió su portátil, y buscó el enlace de inscripción.
Ahí comenzó el problema.¿Un simple formulario?
El formulario prometía ser sencillo. Nombre, apellidos, dirección, teléfono, correo… Nada fuera de lo normal. Pero a los pocos minutos, Carmen ya se sentía perdida.
“Ponía ‘Introduce aquí’, pero no decía qué. ¿Era el nombre o el apellido? ¿Dónde iba el DNI? ¿Qué significaba esa estrella roja? ¿Por qué no me dejaba avanzar?”, recuerda Carmen.
Muchos de los campos no estaban correctamente identificados. Algunos desaparecían cuando comenzaba a escribir. Otros mostraban errores sin explicar por qué. Carmen, acostumbrada a entender las cosas por lógica y claridad, empezó a dudar de cada paso.
Lo intentó tres veces. Cerró y abrió la página. Pensó que tal vez el problema era su portátil. Llamó a una amiga, que tampoco supo cómo ayudarla. Al final, tuvo que pedirle a su sobrina que se lo rellenara desde su móvil.
“Me dio rabia. Porque lo estaba intentando sola. Solo quería apuntarme a un curso”, dice con frustración.
El muro invisible de la brecha digital
Carmen no tiene ningún problema de salud ni de comprensión. Es una mujer activa, despierta y con ganas de aprender. Pero se encontró con un muro que muchas personas de su generación conocen bien: la brecha digital.
No se trata solo de no saber usar un ordenador. La brecha digital también tiene que ver con cómo están diseñadas las plataformas. Formularios mal estructurados, botones que no explican qué hacen, errores que no ayudan a corregir, lenguaje técnico innecesario… todo eso genera barreras invisibles, pero muy reales.
Y el problema no es Carmen. El problema es que muchas veces se diseñan páginas para personas que ya saben usar internet, olvidando que hay millones que están dando sus primeros pasos.
La solución está en un diseño web accesible
Crear un formulario accesible no requiere grandes inversiones. Se puede empezar con:
- Etiquetar los campos de forma clara y visible.
- Evitar instrucciones que desaparecen al escribir.
- Usar mensajes de error explicativos y sencillos.
- Incluir ejemplos (“ej: [email protected]”).
- Validar solo lo necesario y sin tecnicismos.
Esto no solo mejora la experiencia de personas mayores, como Carmen, sino de cualquier persona usuaria. El diseño web inclusivo beneficia a todos.
En accedeMe trabajamos para que esto no vuelva a pasar
En accedeMe ayudamos a organizaciones, administraciones y empresas a detectar y eliminar barreras digitales. Evaluamos formularios, analizamos accesibilidad web y te damos soluciones concretas para que tus usuarios —sean expertos digitales o no— puedan navegar e interactuar sin obstáculos.
¿Tienes un formulario en tu web y no estás seguro de si es accesible? ¿Quieres asegurarte de que personas mayores, como Carmen, no abandonen tu sitio por frustración?
Entra en accedeme.com y descubre cómo podemos ayudarte a crear experiencias digitales realmente inclusivas.
Porque la transformación digital solo es real cuando incluye a todos.