Cómo hacer tus vídeos accesibles y fáciles de entender
Cada vez usamos más el vídeo: para explicar productos, formar equipos, atender a clientes o difundir un mensaje. Pero muchas personas siguen encontrándose con la misma barrera: no pueden ver bien la pantalla, no oyen el audio, o necesitan más apoyos para entender el contenido.
La accesibilidad en vídeo consiste, básicamente, en pensar en todas esas realidades y adaptar el contenido para que nadie se quede fuera. No se trata solo de cumplir una norma: es una forma de cuidar a tu audiencia y de mejorar la calidad de tu comunicación.
Qué es la accesibilidad en un vídeo
Un vídeo accesible es aquel que se puede entender y manejar aunque la persona no escuche bien el audio, no vea con claridad lo que ocurre en pantalla, utilice un lector de pantalla o necesite seguir el contenido a otro ritmo, pausando o volviendo atrás tantas veces como haga falta. También es accesible para quien necesita que alguien le describa lo que está pasando en el vídeo para no perder información.
En la práctica, hablamos de accesibilidad en vídeo cuando combinamos varios recursos:
- Subtítulos: muestran el texto de lo que se dice y, cuando es necesario, también sonidos importantes.
- Transcripción: recoge en un documento todo el dictado del vídeo, para leerlo, buscar información o usarlo con tecnologías de apoyo.
- Audiodescripción: describe lo que ocurre en pantalla cuando esa información no se entiende sólo por el audio.
- Lengua de signos y apoyos visuales: en ciertos contextos, permiten que el mensaje llegue a personas sordas signantes.
- Reproductor accesible: controles claros, usables con teclado y compatibles con lectores de pantalla.
No es un tipo de vídeo distinto: es el mismo contenido, preparado de forma que sea más fácil de usar para todas las personas.
A quién ayuda un vídeo accesible
Cuando haces accesibles tus vídeos, no solo piensas en “la ley”, sino en personas concretas. Por ejemplo, en quienes son sordas o tienen baja audición y necesitan subtítulos o lengua de signos para seguir el contenido; en quienes son ciegas o tienen baja visión y se apoyan en la audiodescripción o en la transcripción; o en personas con dificultades cognitivas o de comprensión lectora, que agradecen un lenguaje más claro y apoyos visuales bien diseñados. También ayudas a muchas personas mayores que, con los años, pueden notar cambios tanto en la vista como en la audición.
Además, mejoras la experiencia de personas que quizá no se identifican como parte de ninguno de estos grupos, pero que también se benefician de la accesibilidad: quien ve el vídeo en silencio en el trabajo, en el transporte público o por la noche; quien está aprendiendo otro idioma y agradece leer y escuchar a la vez; o quien necesita localizar un dato concreto y prefiere buscarlo directamente en la transcripción.
En definitiva, la accesibilidad en vídeo amplía tu audiencia y adapta tu contenido a más contextos reales del día a día.
Ventajas para tu organización
Más allá de la parte social, hacer accesibles tus vídeos tiene beneficios muy concretos para tu organización. El primero es el alcance: tus contenidos dejan de estar limitados a quienes pueden ver y oír sin dificultad. Con el mismo esfuerzo de producción llegas a muchas más personas y aumentas las posibilidades de que tu mensaje conecte.
También mejora la comprensión del mensaje. Subtítulos y transcripciones ayudan a seguir explicaciones complejas, nombres propios, datos técnicos o contenidos grabados en entornos con ruido de fondo. Cuando el mensaje entra mejor a la primera, se reducen las dudas y, por tanto, las consultas repetidas a tus equipos de atención.
Todo esto refuerza tu imagen de marca. La accesibilidad transmite compromiso con la diversidad, el buen servicio y el cuidado por la experiencia de las personas que te escuchan. Es una forma muy visible de decir “nos importa quién está al otro lado de la pantalla”.
Por último, el contenido accesible se aprovecha mejor. Una transcripción bien hecha se puede reutilizar para artículos, guías, FAQs o documentación interna. Un mismo vídeo puede convertirse en varios recursos útiles para formación, comunicación y marketing.
Elementos clave de un vídeo accesible
Para que la accesibilidad funcione en el día a día, conviene cuidar algunos elementos básicos. El primero son los subtítulos. No se trata solo de activar una función automática, sino de revisar que estén bien sincronizados, que no haya retrasos molestos y que cada bloque no tenga más de dos líneas
El tamaño de la letra, el tipo de fuente y el contraste con el fondo influyen directamente en la comodidad de lectura. Cuando el sonido es relevante para entender lo que pasa, conviene indicarlo también en los subtítulos.
La transcripción es otro pilar importante. Una buena transcripción recoge los diálogos y las acciones clave que se muestran en pantalla, y se sitúa cerca del vídeo para que quien la necesite la encuentre sin esfuerzo. Si además se puede descargar o copiar fácilmente, se convierte en una herramienta muy útil tanto para accesibilidad como para reutilizar el contenido.
En cuanto a la audiodescripción, es especialmente necesaria cuando hay mucha información visual: textos en pantalla, gráficos, gestos o cambios de escena que cambian el sentido del mensaje. La idea es ir incorporando descripciones breves en los silencios naturales del vídeo, usando un lenguaje sencillo y neutral, para que la persona que escucha pueda imaginar lo que otras personas ven en la pantalla sin perder detalle.
Por último, está el reproductor y el entorno donde se muestra el vídeo. Es importante que los controles tengan etiquetas claras, que se puedan manejar con teclado y que funcionen bien con lectores de pantalla. También ayuda que la activación o desactivación de subtítulos y pistas de audio no sea un “juego de pistas”, sino una opción visible y fácil de usar.
Cómo empezar con la accesibilidad en tus vídeos
Si ya tienes muchos vídeos, es normal preguntarte por dónde empezar. Una forma sencilla es hacer primero un listado básico: qué vídeos tienes, dónde están publicados, quién los utiliza y para qué. Esta foto inicial te ayudará a ver el volumen real y a tomar decisiones con más calma.
Después puedes elegir prioridades. No todos los contenidos tienen el mismo peso, así que tiene sentido comenzar por los vídeos más críticos: los que explican servicios clave, procesos importantes, formación obligatoria o información que usas como referencia continuamente.
A partir de ahí, es útil definir un pequeño plan en varios pasos:
- Marcar un “mínimo accesible” para todo lo nuevo. Por ejemplo, que cualquier vídeo que se publique a partir de ahora salga al menos con subtítulos y transcripción.
- Revisar y adaptar por bloques. Puedes ir trabajando por temas, campañas o tipos de contenido, en lugar de intentar abarcar todo el archivo de golpe.
- Incorporar buenas prácticas al proceso interno. Guion, grabación y edición pueden ajustarse ligeramente para facilitar luego la creación de subtítulos, transcripciones o audiodescripciones.
- Contar con apoyo experto en los puntos clave. Especialistas en accesibilidad pueden ayudarte en las partes más complejas y en la revisión final, sobre todo al principio.
Así, vas avanzando sin necesidad de hacerlo todo a la vez, pero con una dirección clara: cada vídeo nuevo, un poco más accesible que el anterior.
LViS Vally, colaborador de accedeMe en accesibilidad de vídeo
En accedeMe contamos con LViS Vally como colaborador especializado en accesibilidad audiovisual. Su foco está en convertir vídeos “de siempre” en contenidos que pueden disfrutar muchas más personas.
Entre los servicios que ofrece LViS Vally se encuentran:
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Subtitulado accesible
Preparan subtítulos pensados para ser leídos con comodidad y entender el mensaje incluso sin sonido. -
Audiodescripción profesional
Añaden una voz que explica lo que ocurre en pantalla para que las personas ciegas o con baja visión puedan seguir el vídeo sin perder información. -
Transcripciones completas y usables
Generan transcripciones que sirven tanto para accesibilidad como para reaprovechar el contenido en otros formatos. -
Acompañamiento y ejemplos prácticos
Crean versiones accesibles de algunos de tus vídeos y las utilizan como modelo para que tu equipo pueda replicar el proceso.
Gracias a esta colaboración, desde accedeMe podemos ayudarte de forma integral: analizar tus vídeos, priorizar acciones, adaptar los contenidos más importantes y formar a tus equipos para que los próximos vídeos nazcan ya con la accesibilidad en mente.